Elvis
Presley… usando la cadera como arma.
Esta frase genial pone de
relieve el valor que posee la imagen por sobre el de la palabra. (*) Así, tan claro
fue el poder que Elvis exponía en cada contorsión y en cada giro, que no fue
una sorpresa cuando las cadenas de televisión ordenaron filmarlo “de la cintura
para abajo”. Pero de nada sirvió, porque la cadera de Elvis era una de esas
armas cuyos proyectiles logran perforar censuras, prejuicios y otros límites
sin problema alguno. Por suerte.
La música, una vez más,
salió ganando.
(*) Al momento del cierre
de los mercados del día de ayer la cotización indicaba que el valor de una
imagen era de 998 palabras.