…y algunas
bandas comenzaron a utilizar instrumentos más electrónicos, como por ejemplo el
walkman. (*)
La modernidad nos llega a
todos. Recuerdo salir a cazar dinosaurios por las tardes, antes de volvernos
civilizados y poder llamar a un delivery para que se encargue de todo. Por
suerte, a la música también le llegó el futuro (todo un palo, ya lo ves) y, con
el walkman a cuestas, otra fue la historia. Más allá de la incomodidad de
sentir cómo se clavaba en la cintura, o de la poca duración de las pilas,
también recuerdo comprar uno de medio pelo un poco más allá de la frontera
norte -blanco, pesado, de mala calidad- que luego terminó durmiendo el sueño de
los justos y olvidados, en un cajón del chifonier. Como les sucede a todas las
novedades, luego de un tiempo, cuando la modernidad pierde su estrella y comienza
a apagarse. Más allá de todo eso, aguante al walkman.
(*) esta lectura puede
complementarse con el #corrigendo "El hombre del wok".