El rock es
la base de cualquier estilo musical.
Ya lo sabían Bach y
Beethoven. Ya lo sabían Frank Sinatra y Enrico Caruso (a googlearlo, señores).
Ya lo sabían los neandertales que golpeaban sus piedras (y algún que otro
cráneo) alrededor de un fogón. Lo sabían los samurais y también los monjes
tibetanos que meditaban por largas horas entonando eternas notas guturales que
fácilmente nos harían temblar. Porque antes de todo estuvo el rock. Antes del Big
Bang. Antes de Mirtha (mentira, no exageremos). Brindemos, una vez más, por el
rock. Por el eterno rock.