(Revolución
sexual en los ’60): tener relaciones con quien se quisiera y todos los días con
alguien distinto.
Los hippies
creían en el amor libre (todos con todos).
Sobran las palabras para
caracterizar tan linda época, ¿no les parece? Por lo menos queda en evidencia
la derrota del egoísmo y de los celos frente al poder irrefrenable de la
solidaridad y el compartir. Porque un buen hippie (alguien que realmente se
precie de ello) pone el bien común por sobre el placer individual. A
organizarse, se ha dicho.