El láser
apuntaba y grababa la música
El láser va
a rallar un disco
El láser
siente cambios y vibra haciendo sonidos según esos cambios
Hay términos propios de
la tecnología que a veces se ponen de moda, y a los que los escritores siempre
han acudido al momento de tener que desarrollar tramas sobre temas que muy bien
no conocen. Así, el espacio que hoy ocupa la AI (inteligencia artificial, por
sus siglas –y orden- en inglés), ayer lo reclamaba todo lo relacionado con la
física cuántica, y anteayer el siempre mágico rayo láser. Y no, hoy no
hablaremos de los sables que sostienen algunos de los personajes de Star Wars,
sino de la relación que este llamativo invento tiene con la industria de la
grabación sonora. Porque desde la aparición del compact disc, allá por 1979, de
repente descubrimos que el láser nos regalaba un nivel de audio increíble, y la
posibilidad de contener en un pequeño disco nuestra música para siempre. Sí,
por toda la eternidad. Sin gastarse, sin el riesgo a perder calidad que siempre
asustó a los dueños de vinilos y cassettes, quienes veíamos degradarse nuestro
universo sonoro con cada reproducción, canción a canción. Por eso, no deja de
ser hermoso el descubrir que sus virtudes también son apreciadas por nuestros
alumnos, con el agregado de nuevas sugerencias o características que, hasta el
día de hoy, ignorábamos. Porque el láser tiene aguante, claro que sí.