La abolición de la
esclavitud fue derrotada.
Ahora entiendo cómo va la
cosa. Y también comprendo todas esas críticas que brotan de a montones en
diarios, revistas y páginas de internet. Que las máquinas, los celulares y los
robots nos han invadido y ya comienzan a reclamar por un terreno que, seamos
honestos, ya parece más propio de ellos que de nosotros, los atribulados
humanos que osamos inventarlos allá lejos y hace tiempo. Bienvenidos a la nueva
esclavitud, a una plena de brillos y colores, sonrisas y likes, follows
y demás. Bienvenidos, pasen y córranse para el fondo, que aquí hay lugar para
todos.