(Los
seguidores de lo dark) se hacen los incomprendidos.
Déjeme que le enseñe un
nuevo método para lograr ser aceptado por ese círculo social al que tanto desea
pertenecer. Primero, repita conmigo: las
cosas no me salen, nadie entiende mi arte, este mundo cruel estaría mejor sin
mí. ¿Vamos bien? ¿Podría repetirlo una vez más, ahora un poco más fuerte?
Perfecto.
Ahora vamos con el
siguiente paso: ubíquese estratégicamente en algún lugar en donde se asegure un
público conocido, no importa si grande o pequeño (una red social tipo Facebook
es lo ideal), y relativamente fiel. Una vez allí, suba un par de fotos
depresivas, cláveles el consabido “me gusta” (sí, a su propia foto), y adjunte
una de las frases mencionadas más arriba. Encienda el cronómetro y cuente las
reacciones (ignore las de los miembros del clan familiar) y los comentarios de
apoyo. Tercer paso: tome un puñado de modestia, de esa que tiene guardada por
ahí y que nunca se animó a usar, y embadurne con ella alguna de las respuestas
que ya tiene ensayadas. Evite sonar forzado y deje de lado los clichés, más aún
si quienes lo alientan son colegas que, probablemente, esperen que usted se
comporte de la misma manera cuando a ellos les pinte el bajón y comiencen a
utilizar este breve instructivo que aquí les dejo amablemente. Aclaración: no
abuse de las citas de Cortázar, Benedetti, Galeano o Pizarnik. No es que esté
mal, pero corre el riesgo de que alguien termine acusando a su catarsis de
plagio, aunque sea inconsciente. Mejor prevenir que curar. Después cuénteme
cómo le fue. Si esto funciona, tengo pensado escribir un libro de autoayuda y
hacerme rico con él. Saludos.