…ya que
(Elvis) tenía la facha necesaria.
Elvis era
fachero y blanco.
Elvis era
muy lindo y era blanco.
De a poco vamos abordando
una serie de manuscritos -los aquí presentes apenas son la punta del iceberg-
que nos tientan a estirar la mano, tomar el teléfono, y radicar alguna que otra
denuncia relacionada con la discriminación y la desigualdad de oportunidades.
Igualmente, nada de esto es culpa del gran Elvis, aunque seguramente bien le
debe a su color de piel algunas de las facilidades que tuvo al momento de
ingresar al show business, sin
desmerecer en modo alguno sus enormes dotes musicales. Por otra parte, vemos
que el mercado no ha dejado de abrir su puerta grande a los facheros (*), mientras que los
“solamente” talentosos bien pueden rodear el edificio y tocar el timbre de
alguna de las entradas laterales, si no es molestia. Ya que estamos, los
invitamos para tocar gratis en alguna que otra presentación (**), si les
parece. A su disposición, saluda atte., un servidor.
(*) Cualquier reality show, sea de la temática que
sea, es prueba de esto.
(**) Fuera del horario central,
obviamente.