viernes, 19 de enero de 2024

Te amo, te odio, dame más

 

Los (sic) jazz, al tener más instrumentos que el blues, era más alegre.

 

Si hay algo con lo que el capitalismo nos ha estado machacando día y noche, es esto: tener más (de lo que sea) es mejor que tener menos. De ahí a la alegría hay apenas un paso. ¿Nadie vio que la tristeza del blues se escondía en su propia frugalidad, en su obvia escasez instrumental? (*) Viva el jazz, señores, viva la multitud.

¿Quiere pasar de la melancolía a la calma? Pues agréguele dos instrumentos, siempre en ayunas. ¿Quiere desterrar nostalgias y cambiar lágrimas por sonrisas? Nada mejor que una big band brindando sus buenas dosis de swing cada ocho horas. Y así, ad eternum. Y recuerde: más es mejor (**)

 

(*) Y, además, eso de cantar en solitario es francamente depresivo.

(**) ¿Aún no está convencido de las ventajas que, a nivel emocional, aporta lo grupal por sobre lo individual? Compare a José Larralde con los Auténticos Decadentes. ¿Ve cómo funciona?