Música
ligera: masiva, de fácil admisión.
No podemos menos que
alegrarnos al saber que existe un cierto tipo de música que puede entrar y
pasearse libremente en cuanta fiesta tenga lugar. Ya no habrá miradas serias o patovicas
amenazantes que puedan inhibirla de acercarse a la pista e iniciar los primeros
pasos de un baile que pronto trocará en desenfreno y algarabía. Obviamente, a
ella se le sumarán los oportunistas de siempre, buscando colarse donde siempre
han sido rechazados, pero eso no es culpa de nuestra amiga, sino del deficiente
control de las fuerzas de seguridad, cosa que, por otra parte, poco nos interesa.
Porque ahora, y ya que estamos en medio del baile, sólo nos queda bailar. Y en
eso estamos.