En esta
época de rebeldía los jóvenes se rebelan (…), empezaron a trabajar en diversos
trabajos.
En el
Romanticismo predominó la música romántica, en el Clasicismo la música clásica.
Los hippies
eran los seguidores del movimiento hippie.
El
denominado “mayo francés” fue un proceso que sucedió entre mayo y junio.
Las redundancias y las
tautologías pertenecen a la imprescindible categoría de “recursos textuales
para extender una respuesta y dar a entender que estudiamos algo”. Aunque no
siempre funciona, claro está.
Una buena redundancia -e
incluso una mejor tautología explicada con ejemplos autorreferenciales- puede
regalarnos cinco o seis renglones de desarrollo (hablamos de casi un tercio de
carilla), cuando no diez. De ahí en adelante, sólo habrá que ejercitar un poco
la generación automática de sinónimos y analogías que nos permitan continuar
girando un tiempo más en una espiral que esconde en su centro el rostro serio
de la única verdad que nos ha llevado a esta situación: no sabemos nada de lo
que estamos hablando.
Que todo este proceso
concluya positivamente (o no) dependerá exclusivamente del docente y de su
capacidad de dejar pasar (o no) (*) cada una de las aberraciones literarias que
se presentan frente a sus ojos. El cansancio influye, aunque a veces juega a
imaginar un mundo en el que todos los sustantivos han sido reducidos a “cosa”,
“coso” y “cosito”, y en donde las correcciones se ven agilizadas mágicamente.
No estamos tan lejos, suspira, mientras otra cruz de tinta negra ataca
a un nuevo párrafo que, una vez más, intenta disfrazar con retórica la vieja
máxima socrática: sólo sé que no sé nada.
(*) Valga la redundancia.