sábado, 20 de enero de 2024

Velocidad

 

Música ligera: música rápida.

 

La música ligera siempre ha sido víctima de todo tipo de difamaciones (*), así como también de diversas simplificaciones que le han hecho perder el respeto que merecidamente se había ganado. De acuerdo a esta nueva definición que aquí presentamos, quizás todo se reduzca a una cuestión de tempo, lo cual nos obligaría a replantearnos las razones por las que se establecen las distintas categorías musicales, volviendo todo más sencillo y práctico. (**)

De acuerdo a esto, la música clásica tal vez pase a llamarse música lenta, aunque es interesante preguntarnos dónde quedarían ubicadas las obras que hacen del virtuosismo instrumental algo medular -El vuelo del moscardón es un ejemplo obvio, así como también algún que otro Capriccio de Paganini-. ¿Y qué sucederá entonces con los himnos populares “lentos”, tales como Yesterday o, mas acá, Muchacha ojos de papel? Evidentemente, la confusión entre conceptos no hará más que crecer, por lo que recomendamos volver al caos habitual -la costumbre prevalece, ¿vio?-, y dejar para más adelante todo intento de reescritura de las sabias leyes que hasta este momento nos han gobernado. Hasta que algún otro sabio logre dar con la clave que solucionará todos nuestros problemas. Aunque para eso probablemente falte un rato. O dos.

 

(*) Para más datos, ver la nota “Deterioro”.

(**) Algo análogo a esto también puede observarse en la nota “Ockham”.