domingo, 21 de enero de 2024

El estanciero

       

…porque en primera estancia…

 

Las relaciones entre el rock y los terratenientes nunca han sido analizadas en profundidad. Quizás por ser un estilo netamente urbano -a pesar de sus continuas referencias a escaparse del mundanal ruido (*)-, los puntos de contacto con el campo han quedado circunscriptos a pequeños guetos que continuamente han recibido críticas de todo tipo, donde el caso hippie tal vez sea el más conocido. (**) Por otro lado, el poder de los estancieros se nos va revelando de a poco en esta frase, filtrada -probablemente por descuido- en un examen sobre el origen del rock estadounidense, que pone en evidencia cómo el sector rural y sus intereses han logrado pasar desapercibidos, al tiempo que siguen lucrando con todo aquello que se cruce en su camino. Algún día tendremos que hablar del Elvis estanciero y de su tendencia a la monopolización de los terrenos del rock. Pero eso será en otro momento.

 

(*) Casi podríamos decir que nuestro rock nacional se inaugura cuando alguien pone en palabras la idea de “construir una balsa” e “irse a naufragar”.

(**) Así vemos que los hits del tipo Mañana campestre (Arco Iris), o Campos verdes (Almendra) son escasos y esporádicos.