lunes, 11 de marzo de 2024

La edad del pavo, qué linda es…

 

Esa época estaba llena de pibas y pibes en la edad del pavo.

 

Lo bueno de esta frase es la ambigüedad que presenta, en un claro movimiento táctico de quien la haya inventado, al no referirse específicamente a ninguna época en particular. Por cierto, esto da como resultado un comodín, una carta mágica que nos suplica, o nos exige, considerarla apta para cualquier pregunta, ya que, así, “ninguna época en particular” pasa a ser igual a “puede aplicarse a cualquier caso”.

Si a esto le sumamos que quien firma tamaña invención probablemente esté cursando la misma edad que menciona al final del texto, esto toma otro cariz, uno claramente exculpatorio, del tipo “soy así, y por el momento estoy eximido de toda culpa y cargo”. Resumiendo, no es más que un intento de lograr un gesto de simpatía por el adulto en cuestión que, en plena corrección de un examen o trabajo escrito, se enfrenta con el desafío de esbozar una sonrisa, recordar la propia juventud -tan, tan lejana- y buscar en su corazón una dosis de compasión que debería -¿debería?- ser aplicada sin dilación. Pero no, la sangre fría triunfa, como debe ser, y el lápiz dictamina lo que todos suponemos: incompleto (*) / falta especificar / desarrolle.

  

(*) Hace tiempo, en el colegio, en un día de cumpleaños, recibí de regalo un sello que decía “incompleto”. Y claro que lo usé. La cantidad de tinta de birome que ahorré en esos años fue increíble. Aún lo conservo… debería recargarlo.